miércoles, 10 de octubre de 2007
Llegó con su mueca firme, esa expresión de enajenamiento y desesperación que nunca se quita. Se va. Josías se marcha, HUYE.¿Por qué no querría irse? De poder haría lo mismo, pero me asfixia la idea de poner un pie afuera, un paso, un solo pensamiento.
Sí, sí lo extrañaré. ¿volverá?¿ me olvidará? ¿morirá? Me estremecen tanto las dos primeras, la tercera no será, no tiene tanta suerte, y si se decidiese por el suicidio, es menester llamar un día antes, es nuestro pacto. No hay marcha sin despedida, así quizá en un íltimo minuto podamos fugarnos juntos. Encerrada aquí, sola, ¿qué haré? No. ¿Quién se comerá el pollo frito? no diré nada, él se irá pronto.
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